Pompeya

Cuando era más pequeña, unos diez años, hicimos un viaje que nos llevó hasta una ciudad antiguamente perdida, Pompeya (cerca de Nápoles, Italia). Hasta entonces, no había oído mucho acerca de ella, tal vez nada (que yo recuerde), y en cuanto puse un pie en aquellas callejuelas tan antiguas, mi mente se fue volando al pasado. Obviamente, no es algo literal, pero si que empecé a querer ver todo lo que la guía contaba. Por muy tonto que suene, empecé a imaginar que al pisar aquellas calzadas, estaba retrocediendo en el tiempo. Me emocionó pensar que estaba pisando lo que, hace siglos atrás, pisaron los romanos que allí vivían. 

La historia de Pompeya y demás pueblos cercanos al Vesubio no fue demasiado alegre en el momento de su despertar. En poco tiempo, terminaron sepultadas bajo piedra y ceniza, quedando así personas, animales, plantas y sueños separados del tiempo que corría. 

La única parte positiva, por muy cruel que suene, ha sido que muchas pinturas y detalles han quedado bastante intactos y pueden verse tal y como eran entonces.

Y como es algo que me gusta y quiero contar a mi manera (lo que sé y he leído), quizás esté mal, pero aquí os lo presento x3 

En febrero del 62 d.C, a causa de un terremoto y sus efectos, Pompeya queda notablemente destruida, es por esto que, casi dos décadas después cuando el Vesubio despertó, aún se encontraba en plena restauración. Seguramente fuera un susto para los habitantes de la ciudad, pues se cree que de pronto, al mediodía de un 24 de agosto, la gran montaña expulsó el tapón que la sellaba. De pronto, humo, gas y cenizas comenzaron a salir de su boca, comenzaron a caer piedras pómez del cielo y poco a poco se fueron creando capas de dichos restos en el suelo de Pompeya. El peso sobre los tejados de las casas hizo que muchos murieran a causa de su desprendimiento, aunque lo peor estaba por llegar. Hacia el amanecer, aparecieron oleadas de gases ardientes que mataron al instante a todas aquellas personas que alcanzaban. Finalmente, Pompeya quedó enterrada bajo los escombros. 

Pompeya era una ciudad con foro, termas, teatro, anfiteatros y diversos templos. Aunque queden ruinas, como ya he comentado, muchas de ellas están en buenas condiciones (dentro de lo que cabe).

En el collage raruno este, coloqué varios dibujos que adornaban las paredes. Los frescos de Pompeya resultan importantes ya que han sido muy útiles a la hora de conocer y estudiar la pintura mural romana. 

La villa de los misterios fue una casa amplia y muy decorada. Tal vez recibe este nombre porque se cree que las escenas de una de las estancias muestran la iniciación en los misterios dionisíacos. 

Almas de yeso

Y con esto si, me refiero a los cuerpos blancos que pueden observarse en tantas imágenes de Google cuando pones "Pompeya". Al empezar las exploraciones en la ciudad, comenzaron a encontrarse huecos en las capas de ceniza, pertenecientes a los cuerpos de las personas que habían muerto y, posteriormente, descompuesto. Dichos huecos fueron rellenados con yeso, de forma que se obtuvieron moldes bastante precisos con los que pudieron saber un poco más. No quienes eran, pero sí algo acerca de características y comportamientos de la época.

Con comportamientos me refiero a que se han encontrado cuerpos de personas que posiblemente fallecieran al ir en busca de sus riquezas, de otros que se quedaron en sus casas esperando a que la lluvia pesada terminase. Entre los cuerpos de los gladiadores, apareció el cuerpo de una mujer enjoyada. También se encontraron cuerpos de animales, como perros. Según leí en una revista, se cree en el caso de un perro que se volvió loco y comenzó a devorar a su dueño.

Creo que resulta bastante impactante, pues en muchos de los yesos los detalles son notables. Puedes percibir  desde arrugas en la ropa, hasta objetos y expresiones en sus rostros (o eso dicen). De todas formas, con sólo ver los gestos y posturas de sus extremidades, ya es bastante amargo. 

¿Alguien ha ido a Pompeya? Porque yo ya tengo ganas de volver... 

Chau!