Tiempo para todo

Quizás es que me estoy haciendo mayor (O viejo si os gusta más), pero cada vez me fascina más el tiempo.
El tiempo es oro, dicen unos, el tiempo es para perderlo, dicen otros más agarrados que supongo que se conformarán derrochando tiempo porque dinero para derrochar no tienen.

Hoy he escuchado por la tele que los peces clásicos esos naranjas (La gran mayoría de humanos hemos tenido uno cuando éramos niños) son llamados "peces de colores".
Rápidamente me he puesto a pensar, pues si aquellos eran los de colores, por obligación deberían existir o haber existido "peces en blanco y negro" que obligasen a llamar a los otros los de colores. Entonces me he dado cuenta, el tiempo había hecho de las suyas, y al igual que con la tele, poco a poco fue volviendo a los peces en blanco y negro peces de colores, pasando por un estado de semicromatismo, conocido como color sepia, que, la verdad, no convenció a nadie.
Tras este descubrimiento me he parado a pensar. Si el tiempo había hecho cambiar a los peces en blanco y negro hasta convertirlos en peces de colores (Pasando por los infames peces sepia que no deben ser nunca confundidos con las sepias en sí), ¿Qué más habría cambiado el tiempo sin que casi nos diésemos cuenta?
Rápidamente descubrí que la luz era luz eléctrica. La electricidad es una forma de energía así que, sin lugar a dudas, antes de nuestras bombillas eléctricas tuvo que haber bombillas que funcionasen con la energía de su época...y esa energía era el vapor. Bombillas de vapor, buen movimiento, tiempo.
Cómo no estaba muy seguro de la existencia de esas bombillas de vapor busqué información sobre ellas en libros, por internet e incluso preguntándole a mi abuelo, que suele saber mucho de todo, pero no conseguí nada, no había información sobre las bombillas de vapor.
Sin duda el tiempo había hecho un buen trabajo borrando la existencia de las bombillas de vapor de todas partes, incluso de la memoria de mi abuelo.

El tiempo es algo diabólico. No hay nada más horrible que que te muevan las cosas de su sitio. Imagínate que no es que te las cambien de sitio, sino que te las trasladan en el tiempo;
-Oye, ¿Está por aquí mi pluma?
-No, no está tu pluma, pero mira qué bien, aquí tienes tu bolígrafo
-Cáspitas, el tiempo ha vuelto a jugármela

Y esto en infinidad de cosas. No puedo evitar sonreir al pensar que alguien tuvo que experimentar por sorpresa el cambio de escritura en piedra a escritura en papel. Seguro que algún antiguo se quedó perplejo al ver que su obra había pasado de ser un ladrillo literal a un ladrillo metafórico.

Tampoco puedo dejar de pensar en ese cavernícola de sencillas costumbres que vio como su cueva, así como el que no quiere la cosa, se había convertido en una adorable chocita prehistórica gracias al tiempo. Seguro que se convirtió en la envidia de sus compañeros en proceso de evolución.

Creo que ya sé por qué dicen eso de "El tiempo lo cambia todo", aunque imagino que a veces el tiempo debe cambiar las cosas a destiempo, ¿No?

1 comentario:

  1. Nosotros hemos visto la evolución de los ordenadores y las televisiones. Y algunos coches. Y algunas otras cosas...
    Y seguiremos viviendo un montón de cambios, estoy segura.
    Me ha gustado :)

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